El meloxicam es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que se utiliza en el tratamiento de diversos tipos de dolor e inflamación. Comercializado bajo marcas como Mobic y Vivlodex, el meloxicam fue aprobado por primera vez por la Food and Drug Administration (FDA) en 2000. A diferencia de otros AINE de venta libre, como el ibuprofeno y el naproxeno, el meloxicam sólo puede adquirirse con receta médica. Esto se debe en parte a que algunos de los efectos secundarios de tomar el fármaco, sobre todo a largo plazo, son potencialmente más graves. Un efecto secundario del que han informado algunas personas es aumento de peso inexplicablepero, ¿es realmente un factor importante?
DR. CHRISTOPHER MCGOWAN
El Dr. Christopher McGowan, líder en endobariatría, está especializado en tratamientos no quirúrgicos de la obesidad y cuenta con una triple titulación en Medicina Interna, Gastroenterología y Medicina de la Obesidad. Conocido por ser pionero en la gastroplastia endoscópica en manga (ESG), con más de 2.000 intervenciones, su influencia mundial y sus contribuciones a la investigación lo definen como un experto de primer orden.
¿Cuándo se prescribe el meloxicam?
El meloxicam y otros AINE suelen recetarse o recomendarse en lugar de otra categoría de analgésicos: los corticosteroides. Los corticosteroides se prescriben principalmente para la inflamación, y también suelen tener más efectos secundarios y pueden crear hábito. El meloxicam también puede ser objeto de abuso, pero suele ser una alternativa menos intensa que, en general, tiene menos efectos adversos. El meloxicam es una opción habitual, con casi 20 millones de recetas al año. Está disponible en forma de píldora y de inyección en vena.
El uso estándar del meloxicam es aliviar los síntomas relacionados con la artritis, un trastorno que implica problemas en el revestimiento de las articulaciones; los dos tipos más comunes son artrosis y la artritis reumatoide. El medicamento alivia la inflamación, el dolor, la sensibilidad, la hinchazón y la rigidez relacionados con el trastorno, y puede ayudar a los pacientes a moverse con más libertad. A veces también se receta para el dolor lumbar y la espondilitis anquilosante, pero su uso es menos frecuente. En los últimos años, las investigaciones han indicado que el meloxicam también puede ser útil para tratar el dolor que sigue a algunos tipos de cirugía.
¿Cómo actúa el meloxicam?
La función básica del meloxicam es similar a la de otros AINE como la aspirina o el ibuprofeno. Actúa bloqueando la función de una enzima llamada ciclooxigenasa (COX) que se encuentra en las células de muchos tejidos del organismo. La ciclooxigenasa es de dos tipos: la COX-1 se encuentra sobre todo en las células del revestimiento del estómago, mientras que la COX-2 se halla en los vasos sanguíneos. En circunstancias normales, la ciclooxigenasa produce unos compuestos llamados prostaglandinas que intervienen en la respuesta inflamatoria del organismo. Al bloquear las vías de la ciclooxigenasa, el meloxicam inhibe indirectamente estas respuestas inflamatorias y alivia los síntomas relacionados.
Tanto con el meloxicam como con otros AINE, existe un límite en la cantidad de medicamento que puede tomarse de una sola vez. En dosis bajas, el meloxicam sólo es capaz de inhibir la COX-2; aunque técnicamente tiene efecto en todo el organismo, es la enzima localizada en las células de los vasos sanguíneos la que contribuye al efecto de vasodilatación que conduce a la reducción de la inflamación. Esto lo consigue sin que afecta a la enzima COX-1 en el revestimiento del estómago y otras zonas del tubo digestivo. A dosis más altas, sin embargo, también se bloquea la enzima COX-2, lo que puede provocar hemorragias e irritaciones en la mucosa del estómago.
Efectos secundarios del meloxicam
Los efectos secundarios del meloxicam son posibles independientemente de la cantidad que se tome, pero son más probables si la dosis es mayor. Un estudio demostró que sólo 1 de cada 3.000 personas presentaba efectos secundarios significativos cuando tomaba una dosis baja de 7,5 miligramos; otro estudio demostró que la probabilidad de efectos secundarios era seis veces mayor cuando la dosis aumentaba a 15 miligramos. Es necesario investigar más sobre los efectos a largo plazo, pero hay algunos efectos secundarios comunes que pueden sufrir los pacientes que toman meloxicam:
- diarrea
- estreñimiento
- indigestión o gases
- ardor de estómago
- cambios en el apetito o el gusto
- sensación de hormigueo en todo el cuerpo
- picor de ojos
- boca seca
- caída leve del cabello
- pequeñas dificultades auditivas
- mareos o aturdimiento
- somnolencia o fatiga
Además de los síntomas físicos enumerados anteriormente, también se han observado algunos síntomas psicológicos en algunos pacientes. Por ejemplo, ansiedad, depresión, irritabilidad o falta de concentración, dificultad para dormiro sensación de confusión. Tomar meloxicam también conlleva la posibilidad de efectos secundarios más graves que podrían ser un indicador de otros problemas como insuficiencia cardiaca o problemas hepáticos. Los síntomas que se enumeran a continuación son menos frecuentes, pero se consideran graves y requieren atención médica inmediata:
- dolor en el pecho o dificultad para respirar
- mala pronunciación
- visión borrosa
- erupción cutánea, urticaria, hinchazón u otros signos de reacción alérgica
- tos con sangre
- vómitos que parecen posos de café
- orina oscura
- coloración amarillenta de la piel (ictericia)
- hinchazón o aumento repentino de peso
- heces negras o alquitranadas
- síntomas gripales
¿Causa el meloxicam aumento de peso?
No es frecuente observar un aumento gradual de peso en los pacientes que toman meloxicam. Esto se debe en parte al mecanismo de acción y en parte a que el medicamento no está pensado para tomarse a largo plazo. El meloxicam es similar a otros AINE en ese sentido: los médicos no recomiendan su uso a largo plazo (generalmente más de tres meses), ya que puede provocar úlceras de estómago, insuficiencia renal y diversos problemas gastrointestinales. También hay pruebas de que su uso prolongado puede aumentar el riesgo de infarto de miocardio o ictus.
El verdadero riesgo de aumento de peso relacionado con la toma de meloxicam tiene que ver con la hinchazón. Como ya se ha señalado, el medicamento bloquea la función de la ciclooxigenasa, una enzima que desencadena la vasodilatación. Aunque a corto plazo esto puede ayudar con la inflamación, a largo plazo puede causar retención de líquidos y problemas renales. Lo más probable es que una persona que esté tomando meloxicam y experimente un aumento de peso esté sufriendo un edema y se encuentre en las primeras fases del desarrollo de un problema mucho más grave. Por eso es importante hablar con un profesional sanitario lo antes posible si se detecta un aumento de peso mientras se toma el medicamento.
Lo esencial
Aunque hay muchos medicamentos que incluyen un aumento de peso inexplicable como efecto secundario, no es una preocupación frecuente con el meloxicam. El meloxicam es un tratamiento valioso para el dolor y la inflamación de las articulaciones asociados a la artritis, y puede ser una alternativa más potente que otros medicamentos disponibles. Si está tomando meloxicam y ha notado un rápido aumento de peso, asegúrese de ponerse en contacto con un profesional sanitario de inmediato para que le examine.
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