La estrecha relación entre la diabetes de tipo 2 y obesidad ha sido comprendida por los profesionales sanitarios durante décadas en Estados Unidos, pero por desgracia ambas afecciones han seguido aumentando en prevalencia. Dado que el vínculo entre ambas está relacionado con los niveles de insulina y niveles de azúcar en sangreEl principal tratamiento de la diabetes es la medicación para controlar esos niveles. Uno de los fármacos para la diabetes a los que primero recurren los médicos se llama metformina. Se sabe que la metformina regula bien el azúcar en sangre, pero ¿puede ese efecto favorecer también la pérdida de peso?
DR. CHRISTOPHER MCGOWAN
El Dr. Christopher McGowan, líder en endobariatría, está especializado en tratamientos no quirúrgicos de la obesidad y cuenta con una triple titulación en Medicina Interna, Gastroenterología y Medicina de la Obesidad. Conocido por ser pionero en la gastroplastia endoscópica en manga (ESG), con más de 2.000 intervenciones, su influencia mundial y sus contribuciones a la investigación lo definen como un experto de primer orden.
Datos sobre la diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta al proceso de transformación de los alimentos en energía. Cada vez que ingerimos alimentos, nuestro sistema gastrointestinal descompone la mayor parte de ellos en glucosa moléculas que se liberan en el torrente sanguíneo. Cuando suben los niveles de glucosa, el páncreas recibe la señal de liberar insulina, una hormona que aumenta la absorción de glucosa por los órganos y tejidos del cuerpo. Cuando las personas padecen diabetes, su organismo no produce suficiente insulina o ya no responde tan bien a ella. Con el tiempo, exceso de glucosa en el torrente sanguíneo provoca numerosos y graves problemas de salud.
Hay tres formas principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y gestacional. La diabetes gestacional es poco frecuente y sólo se da durante el embarazo, y la diabetes de tipo 1 es una afección autoinmune que probablemente se transmite por vía genética. El tipo más común, con más del 90% de los casos, es la diabetes tipo 2. Aunque puede haber un componente genético, la diabetes de tipo 2 está causada principalmente por factores ambientales, como una dieta rica en carbohidratos refinados y un estilo de vida sedentario. Estos factores del estilo de vida también influyen en la prediabetes, precursora de la diabetes que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en sangre pero sin los síntomas asociados.
Sin embargo, incluso antes de la prediabetes, el proceso comienza con la sensibilidad a la insulina y resistencia a la insulina. La dieta típica estadounidense incluye muchos alimentos procesados y azúcares refinados, muchos de los cuales tienen un gran impacto en el azúcar en sangre y la producción de insulina. Con el tiempo, un nivel elevado y sostenido de azúcar en sangre hace que las células dejen de responder a la insulina. Sin insulina que favorezca la absorción de la glucosa, ésta permanece en el torrente sanguíneo y acaba provocando diabetes. La resistencia a la insulina también tiende a aumentar el peso corporal; la glucosa se almacena en forma de grasa en lugar de utilizarse como energía.
¿Qué es la metformina?
La metformina se descubrió hace más de 100 años (aunque no se utilizó en humanos hasta mucho después) y se ha convertido en la primera opción para el tratamiento de la diabetes de tipo 2. Esto se debe en parte a su alta tolerabilidad. Esto se debe en parte a su alta tolerabilidad; los únicos efectos secundarios de la metformina que experimentan la mayoría de los pacientes son náuseas leves, diarrea o dolor abdominal. La metformina, también conocida por el nombre comercial de Glucophage, es con diferencia el medicamento más recetado para la diabetes y uno de los más recetados en general. También se utiliza para tratar el síndrome de ovario poliquístico.
Dado que el principal problema de la diabetes es la hiperglucemia, la metformina desempeña el papel de la insulina en la reducción de la glucosa en sangre. En este caso, sin embargo, la metformina reduce la cantidad de glucosa liberada por el hígado. También mejora la eficacia de la insulina disponible ayudando a los músculos a utilizar la glucosa de forma más eficiente. Aunque actualmente no existe cura para la diabetes, la combinación de medicación y cambios en el estilo de vida puede hacer que la enfermedad sea controlable indefinidamente.
¿Puede la metformina causar pérdida de peso?
La mayoría de los demás medicamentos para la diabetes pueden provocar un aumento de peso, pero el tratamiento con metformina destaca por estar asociado con el peso pérdida. Las razones de la pérdida de peso no se conocen del todo, pero investigaciones recientes sugieren una conexión con el efecto del fármaco sobre el microbioma intestinal. Las mismas interacciones intestinales que pueden causar náuseas y diarrea también pueden conducir aparentemente a una reducción del apetito. Esta pérdida de apetito puede deberse en parte al malestar provocado por los propios síntomas; por ejemplo, los episodios habituales de náuseas hacen que se coma menos en general.
Es importante señalar que, aunque en general se ha observado una pérdida de peso con la metformina, la magnitud real de los kilos perdidos es marginal. Según un estudio controlado con placebo realizado en DiabetesEn un estudio publicado por la American Diabetes Association, la media de pérdida de peso al cabo de un año fue de dos kilos. Sin embargo, incluso con metformina, los pacientes que perdieron peso sólo lo hicieron tras adoptar hábitos alimentarios más saludables y aumentar su nivel de actividad física. En otras palabras, no basta con tomar la medicación para perder peso.
¿Quién puede tomar metformina?
En la actualidad, los médicos recetan metformina principalmente a los pacientes diabéticos. Sin embargo, la metformina está empezando a investigarse como solución para la pérdida de peso debido a sus posibles propiedades adelgazantes. Hasta la fecha, sin embargo, sólo ha sido aprobada por la FDA como tratamiento de la diabetes, y sólo algunos médicos han estado dispuestos a recetarla "fuera de etiqueta" para el control del peso. Es posible que las personas que padecen una enfermedad renal crónica u otros problemas de salud no puedan tomar metformina en absoluto.
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