“Era como un yo-yo. Cuando era más joven, pasaba por períodos en los que era muy sedentario y ganaba peso. Luego comencé a correr y jugar tenis nuevamente y perdí peso fácilmente”, explicó Jay. “Pero a medida que crecí, eso se volvió cada vez más difícil”.
Jay había sido bastante atlético durante su juventud y principios de su edad adulta, disfrutando del snowboard y el tenis; sin embargo, la edad y más responsabilidades en su carrera comenzaron a pasar factura. Las largas horas sedentarias frente a la computadora hicieron que el tiempo para hacer ejercicio fuera casi imposible, y Jay recurrió a la comida para aliviar el estrés. Antes de darse cuenta, Jay pesaba hasta 350 libras.